miércoles, 11 de abril de 2012

Lluvia y apagón…

Llevamos un mes “mojado” de verdad y la bendita lluvia que calma nuestros ríos y embalses, también da razón al dicho “abril, aguas mil”.
El viernes pasado me llevé trabajo para casa. Mientras se hacía la cena, en eso estaba, en medio de un buen atracón de datos, ficheros y búsquedas por Internet, cuando de repente se fue la luz…
Los improperios espontáneos son no reproducibles, teniendo en cuenta que el teléfono lo tenía cargando, el portátil sin batería impidió que pudiera grabar mis archivos y la cena a medio cocinar también fue víctima del corte eléctrico.

Después de la rabieta inicial, pensé que sería un apagón momentáneo y que pronto la compañía eléctrica nos devolvería la luz y la “vida”… Estaba equivocado.
Enseguida se me vino a la cabeza la caída del servidor de BackBerry de hace unos meses y la clarividencia de que estamos, nos guste aceptarlo o no, demasiado “enganchados” a la tecnología.

Ahí estaba yo, a oscuras, sin tele, sin internet, sin teléfono, sin comer y sin nada de nada! Me concentré en el problema intentando dar con una solución mágica. Nada. Hasta llegué a desear que mi equipo mini componente se convirtiera en una Spica (a pilas) para escuchar el “sobreviviré” de Mónica Naranjo o sentirme acompañado con Los Rodríguez o el Concierto de Aranjuez.
Qué podía hacer entonces, aparte de encontrar y poner velas, claro…

Hay sugerencias para todos los gustos. Así, desde los más previsores, que proponen tener a mano un Sistema de Alimentación Ininterrumpida con batería de larga duración… ideal para los amantes a las redes sociales y usuarios dependientes de este mundo super-conectado. Me resisto.
Una buena sesión de yoga. Descartado, según experiencias traumáticas recientes.
Así, hasta dar con unas opciones “finalistas” que creo interesante analizar y tener en cuenta para el futuro…
Un buen “revolcón” (si tienes con quién), improvisar una cena a la luz de las velas, retomar la lectura de ese libro que está a medias y, por último, tomarme un rato en silencio, concentrándome en el aquí y ahora, un momento sólo para mi…

Pienso en la idea, tan extraña hoy en día, de que necesitamos poco para ser felices…

M.

viernes, 30 de marzo de 2012

Mario, yoga, cuescos, estrés y otras cosas.

Pero bueno, ¿os lo podeís creer? Que el Mario anda todo agobiado, voy y lo invito a Yoga para que se me relaje ¡y el asunto acaba peor!!
Que conste que para empezar con el yoga no le tocó una de las mejores clases y si a eso añadimos el cuesco que se echó un compañero que no se aplica lo de no comer nada antes de calse… que para mí que se comió medio kilo de fabada… pues no  me extraña que el Mario haya echo mutis por el foro de tal manera que aquí tengo yo en mi casa una esterilla de más y un par de tenis del 40 y pico que echan de menos a su dueño. No me extraña que el Mario se haya ido, yo también me iría si después del cuesco me tengo que poner a inspirar y espirar profuuuuuuundamente disfrutándome los detalles olorosos del momento: ¡dimito!
En fin, que preocupada ando por el Mario y por mi misma… que andamos los dos bien estresados sólo que yo lo disimulo más pero mis sueños van de mal en peor. El otro día me desperté bañada en sudor porque soñé que perdía los papeles en el trabajo. Le gritaba a todo el mundo, mandaba a mi jefe a tomar viento y rompía todos los ordenadores que me encontraba de camino a la salida con un bate de beisbol que no sé de dónde me saqué… que yo llevo de todo en el bolso, pero juro que un bate no… aunque viendo el resultado empezaré a planteármelo.
Mario, que andas desaparecido, si te sirve de consuelo aquí la menda anda que no hay yoga ni libro del Secreto que le quite la mala huva o el agobio de tanta injusticia que hay en el mundo, ni que decir cabe que si se supone que estamos en una sociedad libre ¿a cuenta de qué a mi unos huelgeros de las narices me tienen que prohibir ir a trabajar? ¿a caso ellos van a habalr con mi jefe cuando me eche para explicarle que yo quería ir pero que ellos no me dejaron pasar so pena de romperme el coche? Pues ala, arriba la España democrática que quiere salir de la crisis como la típica señora entrada en carnes que quiere que se le quede el cuerpo serrano de la Schiffer a base de empanada y embutido de León.
En fin Mario, que te entiendo, más de una vez he querido yo irme agobiada de clase de yoga, sólo que como cuando eso me pasa, me entra tal mala uva que sé que si me levanto empezaría a soltar por esa boca cada cosa que mejor me hago un ejercicio de auto control y disimulo que es lo mío. Que sepas que estoy buscando un sitio solitario donde poder ir a gritar durante 20 minutos seguidos… si doy con ello te aviso y vamos los dos a ver si con eso se nos quita tanto estrés. Si no es asi ya me veo dejándolo todo y marchándome con mi tabal de surf a dar clases de idiomas por Hawaii mientras me río de los españoles y sus libres democracias de pacotilla… paz y amor y mucha playa de por medio y si hay maromos guapetones ¡pues mejor! He dicho.
F.

martes, 20 de marzo de 2012

Mi experiencia con el Yoga…

Llevo más de una semana intentando llevar a la práctica las técnicas de El Secreto. Aplico la idea de DAR para recibir. Empiezo cada día intentando crear esa corriente positiva que supuestamente nos tiene que retroalimentar de energía y buen rollo.
Mis fuerzas flaquean al no ver resultados. A punto de desistir llamo desconsolado a Franccesca.
¿Qué pasa amiga? ¿Cómo puede ser? Te juro que sigo al pie de la letra todo lo que dice el libro…
No te preocupes, me dijo. Ya verás que mañana estarás más animado, hoy tengo clase de yoga y quiero que me acompañes.
Yo siempre me mostré escéptico con el yoga. Mi amiga insistió en que me ayudaría a relajarme y también aliviaría mi estrés.
Me convenció. Ahí vamos…

Al empezar la clase hicimos unas posturas y movimientos (asanas) para entrar en calor. Como mi flexibilidad no es del todo mala, pude seguirlas sin problemas.
A continuación ejercicios para tonificar partes concretas del cuerpo (brazos, piernas). La cosa se fue complicando paulatinamente. Cuando ya tenía la postura medio controlada, la profesora decía que había que acompasar el movimiento con la respiración…
“Ahora tomamos aire… ahora soltamos”, “intentamos dejar la mente en blanco”…
Y en eso estaba yo, mientras hacía lo indecible por mantener el equilibrio en una posición imposible. De repente escucho un estruendo junto a mí… Al compañero yoguini que tenía a mi izquierda se le había “caído” flor de pedete de tanto apretar y contraer músculos para mantener el equilibrio. Por si faltaba algo para mi mente que saltaba de un lado para otro. Ya no sabía si reír o llorar. Me dolía todo. Más que relajarme me sentía cada vez más ansioso y tensionado.

“Ahora vamos a realizar unos ejercicios de respiración antes de la relajación”.
“Cerramos los ojos e intentamos concentrarnos. Inspiramos profundo y soltamos… exhalamos TODO lo que nos molesta, lo que nos hace mal”…
“Cogemos el aire por una narina en cuatro tiempos y aguantamos antes de soltarlo por la otra”…
Basta, pensé. Porqué no te callas. Se me vino a la mente un cuento de Franccesca sobre la dificultad de la respiración “fraccionada”.
Empecé a sentirme francamente mal, agobiado, un estado muy lejano a la sensación de PAZ y BIENESTAR que pregonaba la profesora.
Mi respiración se descontroló y me invadió una especie de taquicardia… Sentí que me ahogaba durante esa respiración “controlada”… tenía urgencia por expulsar el aliento y la necesidad de inhalar de nuevo lo más rápido posible…Miré alrededor y todos permanecían “idos” e inmóviles. Aprovechando que estaban con los ojos cerrados, sin dudarlo ni un segundo me fui de la sala, dejando en mi escapada la esterilla, el abrigo y los tenis…

Estoy en casa. Es tarde. Tengo 10 llamadas perdidas de Franccesca.
Decido no hacer nada, me quedo quieto, mañana será otro día…

M.

domingo, 11 de marzo de 2012

Momias internacionales

Tengo un curreli estos días como autónoma que soy y el caso es que ya las de recursos humanos me dijeron que la empresa lleva rollo informal y hay que vestirse casual. Bueno, lo de casual lo digo yo que me mola la moda, ellas dicen ir vestido normalito sin traje. El caso es que aquí la Franccesca no es una fashion victim ni mucho menos pero le gusta la moda e ir arreglada si no que se lo pregunten a Mario. Nada de plasta de maquillaje pero un antiojeras y un rímel de diario es informal y natural que te quita esa cara de momia disecada que tienes cuando te levantas a las 6 de la mañana. En fin que llevo pocos días con este trabajo pero hay algo que me tiene intranquila y es el pensar que tras una temporada trabajando en esta multinacional las chicas aquí quedan con pinta de zoombies que se vistieron sin luz en casa y los chicos calvos y con barriguita que duermen debajo del escritorio de lunes a viernes. ¡Miedo me da! Vale que es una multinacional joven de rollo informal pero de ahí a que las chicas no vayan ni peinadas y el 90 % de los chicos esté calvo es como para llamar a Mulder y Skully de Expediente X y que investiguen esto. Yo estoy acostumbrada a esos baños de chicas donde nos retocamos el rímel en el espejo, nos pintamos labios, nos peinamos un poco mientras cotilleamos algo trivial… Pero estos baños parece que son de serie: entra chica con cara de palo, no saluda, directa a ya sabemos donde, sssshhhhhhh, luego glugluglu, sale, se lava las manos sin mirarse al espejo, se va con su cara de palo y así una tras otra. A todo esto yo me estoy retocando el ojo que parece que esta empresa se desayuna mi rímel y se merienda mi pinta labios. Poco a poco hay algunas que vuelven a la vida y  que me miran con cara de que estoy loca por ponerme guapa y tanto es así que ¡ya me da no sé qué arreglarme y todo! Pero yo ¡muerta antes que momia de multinacional disecada! Ahora lo que hago es que me encierro en ya sabemos donde, me saco mi espejo portátil y ahí como puedo entre shhshshshsh y gluglugluglu estoy yo, pasándolas canutas para pintarme el ojo…¿será posible? ¡El mundo está al revés! ¿Dónde acabaron esos tiempos donde a la que se miraba mal era a la que no se arreglaba? El caso es que he de decir que me he tenido que arreglar en lugares incómodos donde los haya y raros un rato (vida de autónoma nómada) pero esto de tener que adecentarse estos días en un miserable inodoro mínimo haciendo equilibrismos con el espejo, el bolso y el rímel mientras tengo al lado a dos momias internacionales haciendo lo suyo es algo tremendo. ¿A ver si así se empieza y termino loca perdida amomiada como las demás durmiendo debajo del escritorio y medio calva?
F. 

miércoles, 29 de febrero de 2012

Chupa-energías...

Ya os había comentado en anterior post de mi interés último por conocer y practicar “el Secreto”, así que este libro lleva algunas semanas en mi mesita de noche.
Esta mañana me fui a trabajar con el propósito de cumplir a rajatabla los consejos de la ley de la atracción. Salí de casa dando gracias por un nuevo día, que seguro estaría lleno de sorpresas agradables.
Saludo con un risueño “buenos días” a todas las personas que me cruzo hasta llegar al trabajo. Mis vecinos me devuelven, contagiados, mis enérgicas reverencias. Los desconocidos se ven sorprendidos pero también contestan, cortesía o educación mediante, mis saludos.

Entrar hoy al mundo de la oficina y el trabajo fue un verdadero “shock”, que me topó de bruces con otra realidad…
Que si la cansina rutina, que si llueve o brilla el sol, que si no funciona el aire acondicionado, que si el déspota del jefe, que si la compañera de despacho es insoportable, caras largas por doquier, problemas y más problemas, desaliento y tristeza a cada paso…

Reconozco que los expertos sugieren incluir a un pesimista en los equipos de trabajo; pero hoy en la empresa que trabajo, todo el mundo ve el vaso medio vacío.
Me vienen a la cabeza las afirmaciones del Sileno griego en estado de embriaguez, que afirmaba que lo mejor para todos los hombres y mujeres es no nacer y, una vez nacidos, morir tan rápido como se pueda…

Sentí ganas de gritar con todas mis fuerzas: Sois todos unos CHUPA-ENERGÍAS!!!

Tengo la imperiosa necesidad de cambiar la pisada… en estos casos recomiendan escuchar tu música preferida, cantar tan alto como puedas, dar un paseo por la naturaleza o acariciar a tu perro. Juro que ahora necesitaría hacer todas y cada una de estas recomendaciones.

Anoche leí que tenemos suficiente poder en nuestro cuerpo, la energía potencial para iluminar la ciudad durante una semana!!! Algo falló, seguro que hice algo mal…

Repasaré el credo del optimista, para atraer todo lo bueno que hoy me fue negado. Mañana será otro día…

M.

domingo, 19 de febrero de 2012

Ay madre lo que hace la necesidad

Ay madre lo que hace la necesidad. El caso que es tenía que ir al ciber cuanto antes. Resulta que estoy en una casa nueva donde no tengo conexión a Internet, ya sé, muerte en vida… pero ¡qué le vamos a hacer! El asunto es que TENÍA que ir pues estaba a la espera de uno de esos mails jugosos que esperas con ansia y me metí en la primera cafetería que tenía pegatinas de “zona wifi”. ¡Dios nos coja confesaos! Entro y lo primero que me encuentro son dos adonis ochenteros que me echan una mirada arrebatadora y me dicen un “Hola guapaaa” que me quedo helada. Como quien no acaba de ser acosada por Antonio y Manolo llego a la barra y le pido al camarero un descafeinado de máquina y me suelta “pero mamasita linda, ¿pol qué tol mundo me pide de máquina? ¿Que caraho le pasa al desobre?” Y yo le digo que porque me gusta más mientras me preparo mentalmente para palique cubano ya-tu-sabeh mientras pienso que va a ser imposible leer mi mail tranquilamente. Le pido entonces lo que me parece que más me va a librar de ligoteos pues no es lo mismo pedirse una manzanilla que un “sex on the rocks”. En fin, me busco la mesa más apartada, lejos de adonis y cubanos peligrosos y cuando ya estoy acomodada me empiezo a sentir incómoda pues un par de ojos no se me quitan de encima… ¿quién? Pues ni más ni menos que un chico de estos que les da por mirar a las chicas lozanas sin ningún reparo acompañado de otro octogenario concentrado en su sudoku que ni se entera de lo inapropiado del muchacho para decirle que deje de mirar. Llega mi bebida de vieja con cubano “incolporaoo” que me mira con cara de guapo y me dice “mamita lida, la conexión eh grahti ya tu sabeh, buhcah la que se llama como ehte bal y la contraseña es  (y es ahí donde pensé que me iba a decir “ la contraseña es mi-amol”) pero no, me dijo una normalita aunque ya se sabe que saliendo de boca de un cubano ¡todo tiene un par de rombos de más! En fin, que mi mail era jugoso pero no tanto y encima el portátil no tenía casi batería (señal del universo para que me “malchara coriendo ya tu sabeh” so peligro de empache profundo tras el entrante del ligón octogenario, el principal de cubano calentico y de postre los ojotes penetrantes). Miserable adicción cibernáutica que nos hace perder la capacidad analítica y concentrarnos nada más en las pegatinas de “zona wifi” sin ver dónde nos metemos… porque cuando salí, ya sin el mono, he de confesar que en otra situación ¡nunca hubiera entrado a semejante lugar!
F.

viernes, 10 de febrero de 2012

De hombres y mujeres…

Los últimos comentarios de Franccesca sobre lo bien que les vendría a las mujeres la posibilidad de “alquilar maromos” llevaba días rondándome en la cabeza.

Después de darle muchas vueltas, me decidí a chequear de primera mano la viabilidad de una empresa de estas características. Mi sorpresa fue comprobar que cuando uno demanda en Internet estos servicios,  solo se encuentra con páginas que ofrecen “escorts” o acompañantes, ilustradas con fotos muy sugerentes y todos los datos y medidas que se puedan requerir…

Siguiendo la idea de mi amiga, lo interesante sería cubrir las necesidades que muchas veces tienen las mujeres de una compañía masculina. Me pongo manos a la obra y redacto unas líneas a modo de anuncio.
“Mujer: ¿te sentirías más cómoda si vas acompañada a esa boda o cena de amigos? ¿necesitas una compañía para ir de compras o al cine? Ya tienes la solución… un hombre atractivo, inteligente, culto y seductor. Te presentamos a la persona ideal para acompañarte hoy. Alguien con quien reír y que te haga sentir guapa y segura de ti misma…”.

Le sigo dando vueltas, cada vez más seguro de las posibilidades de un emprendimiento de estas características. Necesito la opinión de mi amiga. La llamo por teléfono.
Franccesca estaba viendo TV. En un canal de deportes repetían la final de tenis del Open de Australia entre Djokovic y Nadal.
Yo reconozco que me puse muy pesado la semana anterior hablándole del partido y ella pensaba que yo exageraba demasiado.
“Esto es una locura” me suelta del otro lado del teléfono. “Llevo más de 5 horas sentada viendo a estos dos anormales maltratándose sin parar a base de raquetazos. Qué aguante. Qué físicos”.

Le cuento mi idea a Franccesca. Se muestra entusiasmada y eufórica.
Caigo en la cuenta de que mi amiga está influenciada por casi 6 horas de sudor y despliegue físico de dos deportistas de altísimo nivel. Testosterona a raudales sobre una pista de tenis.
Me cuenta el final del partido, momentazo en el cual el jugador serbio se deja el torso al descubierto en un alarde de abdominales, y desgarra la camiseta al estilo del mejor Hulk de hace unos años…

Franccesca está en éxtasis después de presenciar la épica final.
“Me encanta la idea” me dijo. “Cuenta conmigo”.
¿Estás segura? insistí.
Sí, sí, me dijo, yo me encargaré de hacerles el test de aptitud a los postulantes…
Pensé ¿test de aptitud? Esta Franccesca…

M.