viernes, 27 de julio de 2012

Ocioso en una tarde de verano…


Es media tarde de viernes y estoy ocioso.
Franccesca me tiene prohibido mirar la prensa a través de Internet, porque dice que me pongo tremendista y después le lleno la cabeza con noticias catastrofistas de toda índole.
El sol entra de lleno por la ventana y caldea el ambiente de la habitación.
Me recreo un momento mirando hacia el parque. Tengo la sensación de estar en un balcón indiscreto y con vista privilegiada hacia los paseantes que pasan a escasos 30 metros de mi ventana.
Una señora pasea con su perro, éste se detiene y ensucia. La señora procede a juntar su caca. Mi sorpresa es mayúscula cuando en lugar de dejar la boñiga de su mascota en alguna de las múltiples papeleras que hay en el lugar, se dirige a la barandilla trasera del parque y tira el “regalito” al cauce del río. Siento ganas de gritarle cualquier barbaridad a través de la ventana, pero la silueta alargada de una preciosa mujer subida a unos tacones altísimos y que viste un vestido minúsculo me distrae definitivamente.

Vuelvo al ordenador. Tecleo google en mi explorador e intento centrarme en encontrar un buen libro para mis inminentes vacaciones. Los anuncios destacados dirigen mi atención a 50 sombras de Grey (Fifty Shades of Grey), la primera novela de una inglesa desconocida que está resultando todo un fenómeno literario.
Apenas un par de enlaces me llevan a los comentarios sobre el libro, de una columnista de un periódico de primera línea. Empiezo leyendo “anoche me dormí tardísimo porque no podía parar de correrme”… y claro, ya no pude detener la lectura. Una entrada de su blog me llevaba a la siguiente y así, hasta que tuve que parar, al comprobar que el estado de mi libido sobrepasada el nivel aconsejable para mantener la cordura…

Desecho inmediatamente la búsqueda de bibliografía para las vacaciones, y me zambullo como un obseso en lo más amarillo de la prensa del día.
Después de varias pulsaciones del mouse de mi ordenador, ya voy notando que me baja la temperatura corporal, y hasta tengo la sensación ahora de que corre un poco de brisa por la habitación.
Definitivamente, no puedo estar ocioso en una tarde de verano tan calurosa…
A currar Mario!!! Que hay que levantar España…

M.


sábado, 14 de julio de 2012

Riesgos de oficina


Esta vez casi la lio parda en la oficina pero al final tuve mucha suerte. Día estresante donde los haya. Meeting importantísimo en 15 minutos y compañero de meeting que me acaba de pasar los datos actualizados. Nervios por tener que preparar un grafico nuevo y mandarlo por mail en menos de 15 minutos. Resultado de nervios: necesidad inminente de visita al baño. Baño listo, lavada de manos y de pronto se me cae el anillo al suelo, me agacho a recogerlo y ¡zasca! Se me raja el pantalón negro de arriba abajo sin piedad. Corriendo al cubículo del baño, resultado del análisis de daños: alerta máxima sin remedio. Momento de acto de gracias infinitas a Dios por haber llevado la chaqueta puesta al baño para poder salir con ella atada a la cintura y mientras urdiendo plan alternativo antes de meeting. Entro en el despacho con mis compañeros de trabajo y cara de disimulo. Cojo llaves del coche y salgo lentamente como si tuviera todo el tiempo del mundo. Salgo al aparcamiento y rezo para que nadie se dé cuenta de la ropa que llevo puesta ya que el pan de emergencia consiste en ir al coche y revolver en la bolsa de la playa que siempre llevo en el maletero a fin de encontrar los pantalones de emergencia playera. Mientras me acerco al coche rezo porque el pantalón que tenga en la mochila sea el blanco de lino y no las bermudas hawaianas de colores chillones pues en ese caso “Houston, Houston, tenemos un problema”. Llego al aparcamiento (que sepáis que está al aire libre) y al revisar la bolsa tengo suerte, son los blancos de lino…que no pegan ni con cola con la chaqueta que pegaba con los negros… rebusco y ¡sí! Jersey negro que puede pegar con pantalones blancos… Momento decisivo nº1: me cambio en el coche so pena de que alguien de la oficina pase y me vea en paños menores… gracias Universo, no pasa nadie, no hago el ridículo. Momento decisivo nº2: entro en el edificio y los que estaban fuera cuando salí ya no son los mismos, no hay testigos de cambio de modelito… momento decisivo nº 3, entrada en el despacho y típica revisada de modelito de arriba abajo con riesgo de que alguien se dé cuenta de la maniobra. Gracias a Dios fui testigo de los efectos colaterales de que esto pase a las 8 de la mañana: la peña está dormida y todavía no reciben señales del exterior…. Me quedan 5 minutos para preparar grafico y mandar mail, hecho todo en 8 minutos, meeting online al que llego con 3 minutos de retraso pero no pasa nada. La mañana después de eso fue como la seda…eso sí, con comentarios del tipo “Esos pantalones que llevas no pegan con el día de lluvia que tenemos hoy tiiia” a lo que una superviviente responde: “Es que hija, al hombre del tiempo ¡no se le puede hacer caso!”