sábado, 14 de julio de 2012

Riesgos de oficina


Esta vez casi la lio parda en la oficina pero al final tuve mucha suerte. Día estresante donde los haya. Meeting importantísimo en 15 minutos y compañero de meeting que me acaba de pasar los datos actualizados. Nervios por tener que preparar un grafico nuevo y mandarlo por mail en menos de 15 minutos. Resultado de nervios: necesidad inminente de visita al baño. Baño listo, lavada de manos y de pronto se me cae el anillo al suelo, me agacho a recogerlo y ¡zasca! Se me raja el pantalón negro de arriba abajo sin piedad. Corriendo al cubículo del baño, resultado del análisis de daños: alerta máxima sin remedio. Momento de acto de gracias infinitas a Dios por haber llevado la chaqueta puesta al baño para poder salir con ella atada a la cintura y mientras urdiendo plan alternativo antes de meeting. Entro en el despacho con mis compañeros de trabajo y cara de disimulo. Cojo llaves del coche y salgo lentamente como si tuviera todo el tiempo del mundo. Salgo al aparcamiento y rezo para que nadie se dé cuenta de la ropa que llevo puesta ya que el pan de emergencia consiste en ir al coche y revolver en la bolsa de la playa que siempre llevo en el maletero a fin de encontrar los pantalones de emergencia playera. Mientras me acerco al coche rezo porque el pantalón que tenga en la mochila sea el blanco de lino y no las bermudas hawaianas de colores chillones pues en ese caso “Houston, Houston, tenemos un problema”. Llego al aparcamiento (que sepáis que está al aire libre) y al revisar la bolsa tengo suerte, son los blancos de lino…que no pegan ni con cola con la chaqueta que pegaba con los negros… rebusco y ¡sí! Jersey negro que puede pegar con pantalones blancos… Momento decisivo nº1: me cambio en el coche so pena de que alguien de la oficina pase y me vea en paños menores… gracias Universo, no pasa nadie, no hago el ridículo. Momento decisivo nº2: entro en el edificio y los que estaban fuera cuando salí ya no son los mismos, no hay testigos de cambio de modelito… momento decisivo nº 3, entrada en el despacho y típica revisada de modelito de arriba abajo con riesgo de que alguien se dé cuenta de la maniobra. Gracias a Dios fui testigo de los efectos colaterales de que esto pase a las 8 de la mañana: la peña está dormida y todavía no reciben señales del exterior…. Me quedan 5 minutos para preparar grafico y mandar mail, hecho todo en 8 minutos, meeting online al que llego con 3 minutos de retraso pero no pasa nada. La mañana después de eso fue como la seda…eso sí, con comentarios del tipo “Esos pantalones que llevas no pegan con el día de lluvia que tenemos hoy tiiia” a lo que una superviviente responde: “Es que hija, al hombre del tiempo ¡no se le puede hacer caso!”

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