miércoles, 31 de agosto de 2011

Vómito de noticias en la TV…

Os cuento un placer confesable. Sentarme después de comer en el sofá y disfrutar de un momento de relax, al calor de una manta en los días de frío. Antes de caer en brazos de Morfeo me dejo llevar, mirando y sobre todo escuchando el telediario.
Las noticias de este mediodía alteraron completamente este momento…
Una de ellas habla de una reciente moda en los jóvenes, el juego de la asfixia (“choking game” ó “black out game”). El macabro juego consiste en que un compañero pone sus manos en el cuello de la víctima y aprieta hasta inducir al desmayo.El estrangulamiento restringe el fluido sanguíneo que va al cerebro, al comprimir la arteria carótida. Esto se hace presionando con los dedos pulgares en ambos lados del cuello ó por medio de una ligadura. Dicho juego, cuyo origen se cree proviene de las Artes Marciales, puede causar la muerte o daños neurológicos graves.
La TV muestra a niños y jóvenes de entre de entre 10 y 20 años que se graban y cuelgan los videos en Youtube. Los especialistas que hablan de la noticia, comentan que a los jóvenes les parece una manera segura de obtener un momento de “euforia". También dicen que realizar estos juegos y asumir estos riesgos es una manera de aliviar el estrés…
¿Qué les pasa a los jóvenes de hoy en día? Creo que no nos quedará más remedio que reconocer que nuestra generación está fracasando como padres, y pensar que esto es producto del entorno, de la ausencia total de principios y de la estupidez reinante a nuestro alrededor.

La periodista cambia de noticia sin cambiar un ápice su gesto.
 
Las  nuevas imágenes nos muestran la devastadora consecuencia de la nueva hambruna en el Cuerno de África. Instantáneas de niños que me revuelven por dentro… son como muertos vivientes, con sus miradas perdidas, con las moscas revoloteando sus caritas, con la piel pegada al esqueleto a causa de su extrema delgadez.

Tragedia humanitaria que tiene un desencadenante puntual, la sequía, pero en el fondo encontramos factores económicos de explotación del continente más olvidado del mundo, lo que da lugar a multitud de conflictos políticos y militares.

El telediario vomita las noticias y yo siento náuseas de la realidad que nos rodea.
Mi comodidad se ve alterada y rápidamente siento la necesidad de salir a la calle y que me dé el aire fresco…

M.

lunes, 15 de agosto de 2011

Surfeando

El Surf mola, lleno de surferos que están muy buenos, y algunas que otras surferas que no sólo están muy buenas sino que son sensuales, atractivas, glamurosas y si te descuidas cuando salen del agua parecen sirenas. Lo de ser surfera-sirena consiste en estar siempre divina de la muerte y ser sexy al mismo tiempo:
Regla nº 1: debajo del traje de neopreno llevar bikini y cuanto más pequeño mejor para que vean lo bien que te queda.
Regla nº 2: cuando estés echada encima de la tabla llevar el trasero apretado para que todos vean lo firme que estás.
Regla nº 3: cuando pillas la ola, sacar mucho el pecho y el trasero a la vez que aguantas el equilibrio para que todos vean algo más que tu estilo al surfear.
Regla nº 4: llevar el pelo suelto para estar más sexy.
Regla nº 5: salir del mar con la tabla en un lado teniendo en cuenta que: el lado del dibujo chulo de la tabla mire hacia fuera, caminar erguida con pecho y trasero en pompa y melena sexy al viento para que nadie te quite ojo.
Regla nº 6: quitarse el neopreno de forma sexy para que tu cuerpo mojado luzca con el mini-bikini y la melena al viento.
Fácil no?
Me puse el bikini más pequeño que tenía y tras un rato sudando tinta para ponerme el traje-faja de neopreno sin que se me viera nada más de la cuenta, regla nº 1 superada.
Me dirigí al agua y una vez en ella me puse encima de la tabla rumbo a pillar olas tratando de recordar llevar el trasero apretado pero después de sufrir un calambre en el gemelo izquierdo descarté la regla nº 2 por peligro de muerte por ahogamiento sexy.
Una vez me recuperé del calambre me tocaba aplicar la regla nº 3: viene la ola, remo como loca sin trasero sexy, me levanto y descubrí que lo de sacar pecho y trasero en mi caso es incompatible con el equilibrio: la caída de la tabla fue de todo menos sexy.
Todo el rato se aplica la regla nº 4: melena al viento que traducido es no ves tres en un burro y además es incompatible con la regla nº 5 pues al salir del agua te das cuenta de que llevas el pelo cual nido de avestruz en el cogote y ya sabes que te pasarás 4 horas en la ducha tratando de desenredarte tu melena sexy. Lo de salir del agua sexy tras estar dos horas luchando contras las olas sin ver un carajo, remando en la tabla so pena de sufrir calambre por llevar el culo sexy, caerte de la tabla cual pato mareado por querer sacar pecho es im-po-si-ble. Como mucho, sales del agua haciendo eses del mareo que traes de los revolcones que te pegaste de tanto caerte por sacar pecho, con el pelo cual bruja y cojeando del dolor que tienes todavía del calambrazo sexy que te has agenciado. Por supuesto donde vaya el dibujo de la tabla te trae sin cuidado porque en esos momentos la tabla pesa una tonelada y con trabajo llegarás hasta el coche para cambiarte.
Finalmente ya recuperada pensé que todavía podía aplicar la regla nº 6 y quitarme el traje de forma sexy y sensual. Ahí estaba yo, pecho y culo en pompa tratando de que no se notase que tenía mi melena sexy enganchadísima a la cremallera por haberla llevado al viento al hacer surf cual sirena. Después de varios tirones y unos cuantos mechones de menos bajé la cremallera y me tocaba despegarme literalmente el traje de mi cuerpo y ahí apareció el problema máximo: el mini-bikini es imposible de mantener en su mini-sitio en mi cuerpo serrano mientras me quito el traje-faja cual piel de chorizo embutido!! Te vas colocando el bikini tras cada tirón, perdiendo todo atisbo de sensualidad, das otro tirón, te lo vuelves a colocar y así infinitas veces hasta que llegas a la parte de la cadera, donde sabes a ciencia cierta que parte de tus intimidades sexis en pompa pasarán a ser del dominio público que te rodea. Después de la ardua lucha por quitarme la faja, sudando a mares, despeinada, colorada y cabreada, decido pasar de ser sexy y cambiarme como Dios manda, tapándome hasta la coronilla, con melena recogida, encorvada cual al erizo en peligro pero segura de que mis intimidades están a buen recaudo. Nada de mini-toalla sexy, ni postura sexy mientras te sacas el mini-bikini sexy y tu melena sexy se seca al viento.

F.

martes, 9 de agosto de 2011

Se rompió la magia…


Hoy me tocó renovar mi documento nacional de identidad. Así que ya tengo un plástico nuevo de varios colores pastel que tiene 10 años de validez y además añade un nuevo elemento de modernidad y tecnología… el chip.
Mientras realizaba el trámite una señora mayor se acercó al mostrador para preguntar como hacía para validar su flamante DNI. El chico, sin apartar la vista del ordenador le señaló un “kiosko-ordenador” donde introducir el carnet para obtener el PIN. La señora dio media vuelta y se encaminó a la máquina señalada. Se detuvo antes de llegar intentando descifrar su uso desde una distancia prudencial…
Todos los presentes siguieron en su normalidad. Nadie se ofreció para ayudar a la señora a utilizar aquel aparato. Todos permanecían conectados a la tecnología y enganchados a ese mundo virtual que todo lo toca y todo lo transforma.

Cuando la señora volvió al mostrador para pedir ayuda recibió como respuesta: “tiene que introducir el DNI por la ranura y poner el dedo en el lector de huellas. Después debe teclear una contraseña segura, que mezcle mayúsculas y minúsculas, números y letras, y que sea una combinación que no esté relacionada con sus datos personales”.
La señora desistió de su intento después de analizar la máquina un buen rato. La verdad que yo creo que la mujer podrá prescindir de hacer compras firmadas a través de internet, realizar transacciones usando la banca online o realizar trámites con alguna administración pública.

La imagen presenciada me dio vueltas en la cabeza a lo largo de todo el día.  Hoy tuve conciencia que la tecnología invade nuestras vidas y de alguna forma nos transforma en sus rehenes.
Podemos hacer casi cualquier cosa con el ordenador… tocar un instrumento musical, leer un libro, pintar sobre la pantalla a modo de lienzo y jugar al solitario con cartas no reales.
Nuestra adicción a twitter, skype y demás redes sociales sigue en aumento. Estar lejos de la tecnología por un rato nos crea una sensación de abstinencia que transforma la ansiedad en malhumor. El iPad, BlackBerry o Netbook de turno están convirtiendo nuestras relaciones personales y nuestra vida en un cuento irreal y virtual. Reconozco que cada vez nos cuesta más hablar con un amigo mirándolo a los ojos, disfrutar del color de las flores y sentir el olor de la tierra.

Preso de un terrible sentimiento de impotencia me fui a pasear a la playa. Me descalcé para sentir el frescor de la arena mientras caminaba por la orilla… El calor de los últimos rayos de sol del atardecer y el sonido del mar aplacaron mis sensaciones de angustia. De pronto el sonido del móvil rompió la  magia del momento y me hizo volver a la realidad…
Era un mensaje de Franccesca anunciando que actualizó su perfil de Facebook…



M.