miércoles, 29 de febrero de 2012

Chupa-energías...

Ya os había comentado en anterior post de mi interés último por conocer y practicar “el Secreto”, así que este libro lleva algunas semanas en mi mesita de noche.
Esta mañana me fui a trabajar con el propósito de cumplir a rajatabla los consejos de la ley de la atracción. Salí de casa dando gracias por un nuevo día, que seguro estaría lleno de sorpresas agradables.
Saludo con un risueño “buenos días” a todas las personas que me cruzo hasta llegar al trabajo. Mis vecinos me devuelven, contagiados, mis enérgicas reverencias. Los desconocidos se ven sorprendidos pero también contestan, cortesía o educación mediante, mis saludos.

Entrar hoy al mundo de la oficina y el trabajo fue un verdadero “shock”, que me topó de bruces con otra realidad…
Que si la cansina rutina, que si llueve o brilla el sol, que si no funciona el aire acondicionado, que si el déspota del jefe, que si la compañera de despacho es insoportable, caras largas por doquier, problemas y más problemas, desaliento y tristeza a cada paso…

Reconozco que los expertos sugieren incluir a un pesimista en los equipos de trabajo; pero hoy en la empresa que trabajo, todo el mundo ve el vaso medio vacío.
Me vienen a la cabeza las afirmaciones del Sileno griego en estado de embriaguez, que afirmaba que lo mejor para todos los hombres y mujeres es no nacer y, una vez nacidos, morir tan rápido como se pueda…

Sentí ganas de gritar con todas mis fuerzas: Sois todos unos CHUPA-ENERGÍAS!!!

Tengo la imperiosa necesidad de cambiar la pisada… en estos casos recomiendan escuchar tu música preferida, cantar tan alto como puedas, dar un paseo por la naturaleza o acariciar a tu perro. Juro que ahora necesitaría hacer todas y cada una de estas recomendaciones.

Anoche leí que tenemos suficiente poder en nuestro cuerpo, la energía potencial para iluminar la ciudad durante una semana!!! Algo falló, seguro que hice algo mal…

Repasaré el credo del optimista, para atraer todo lo bueno que hoy me fue negado. Mañana será otro día…

M.

domingo, 19 de febrero de 2012

Ay madre lo que hace la necesidad

Ay madre lo que hace la necesidad. El caso que es tenía que ir al ciber cuanto antes. Resulta que estoy en una casa nueva donde no tengo conexión a Internet, ya sé, muerte en vida… pero ¡qué le vamos a hacer! El asunto es que TENÍA que ir pues estaba a la espera de uno de esos mails jugosos que esperas con ansia y me metí en la primera cafetería que tenía pegatinas de “zona wifi”. ¡Dios nos coja confesaos! Entro y lo primero que me encuentro son dos adonis ochenteros que me echan una mirada arrebatadora y me dicen un “Hola guapaaa” que me quedo helada. Como quien no acaba de ser acosada por Antonio y Manolo llego a la barra y le pido al camarero un descafeinado de máquina y me suelta “pero mamasita linda, ¿pol qué tol mundo me pide de máquina? ¿Que caraho le pasa al desobre?” Y yo le digo que porque me gusta más mientras me preparo mentalmente para palique cubano ya-tu-sabeh mientras pienso que va a ser imposible leer mi mail tranquilamente. Le pido entonces lo que me parece que más me va a librar de ligoteos pues no es lo mismo pedirse una manzanilla que un “sex on the rocks”. En fin, me busco la mesa más apartada, lejos de adonis y cubanos peligrosos y cuando ya estoy acomodada me empiezo a sentir incómoda pues un par de ojos no se me quitan de encima… ¿quién? Pues ni más ni menos que un chico de estos que les da por mirar a las chicas lozanas sin ningún reparo acompañado de otro octogenario concentrado en su sudoku que ni se entera de lo inapropiado del muchacho para decirle que deje de mirar. Llega mi bebida de vieja con cubano “incolporaoo” que me mira con cara de guapo y me dice “mamita lida, la conexión eh grahti ya tu sabeh, buhcah la que se llama como ehte bal y la contraseña es  (y es ahí donde pensé que me iba a decir “ la contraseña es mi-amol”) pero no, me dijo una normalita aunque ya se sabe que saliendo de boca de un cubano ¡todo tiene un par de rombos de más! En fin, que mi mail era jugoso pero no tanto y encima el portátil no tenía casi batería (señal del universo para que me “malchara coriendo ya tu sabeh” so peligro de empache profundo tras el entrante del ligón octogenario, el principal de cubano calentico y de postre los ojotes penetrantes). Miserable adicción cibernáutica que nos hace perder la capacidad analítica y concentrarnos nada más en las pegatinas de “zona wifi” sin ver dónde nos metemos… porque cuando salí, ya sin el mono, he de confesar que en otra situación ¡nunca hubiera entrado a semejante lugar!
F.

viernes, 10 de febrero de 2012

De hombres y mujeres…

Los últimos comentarios de Franccesca sobre lo bien que les vendría a las mujeres la posibilidad de “alquilar maromos” llevaba días rondándome en la cabeza.

Después de darle muchas vueltas, me decidí a chequear de primera mano la viabilidad de una empresa de estas características. Mi sorpresa fue comprobar que cuando uno demanda en Internet estos servicios,  solo se encuentra con páginas que ofrecen “escorts” o acompañantes, ilustradas con fotos muy sugerentes y todos los datos y medidas que se puedan requerir…

Siguiendo la idea de mi amiga, lo interesante sería cubrir las necesidades que muchas veces tienen las mujeres de una compañía masculina. Me pongo manos a la obra y redacto unas líneas a modo de anuncio.
“Mujer: ¿te sentirías más cómoda si vas acompañada a esa boda o cena de amigos? ¿necesitas una compañía para ir de compras o al cine? Ya tienes la solución… un hombre atractivo, inteligente, culto y seductor. Te presentamos a la persona ideal para acompañarte hoy. Alguien con quien reír y que te haga sentir guapa y segura de ti misma…”.

Le sigo dando vueltas, cada vez más seguro de las posibilidades de un emprendimiento de estas características. Necesito la opinión de mi amiga. La llamo por teléfono.
Franccesca estaba viendo TV. En un canal de deportes repetían la final de tenis del Open de Australia entre Djokovic y Nadal.
Yo reconozco que me puse muy pesado la semana anterior hablándole del partido y ella pensaba que yo exageraba demasiado.
“Esto es una locura” me suelta del otro lado del teléfono. “Llevo más de 5 horas sentada viendo a estos dos anormales maltratándose sin parar a base de raquetazos. Qué aguante. Qué físicos”.

Le cuento mi idea a Franccesca. Se muestra entusiasmada y eufórica.
Caigo en la cuenta de que mi amiga está influenciada por casi 6 horas de sudor y despliegue físico de dos deportistas de altísimo nivel. Testosterona a raudales sobre una pista de tenis.
Me cuenta el final del partido, momentazo en el cual el jugador serbio se deja el torso al descubierto en un alarde de abdominales, y desgarra la camiseta al estilo del mejor Hulk de hace unos años…

Franccesca está en éxtasis después de presenciar la épica final.
“Me encanta la idea” me dijo. “Cuenta conmigo”.
¿Estás segura? insistí.
Sí, sí, me dijo, yo me encargaré de hacerles el test de aptitud a los postulantes…
Pensé ¿test de aptitud? Esta Franccesca…

M.