domingo, 29 de abril de 2012

Se busca maromo cachas


Se busca maromo cachas con cara de malote para proteger a presa de gandules feos y caraduras que no la pillan ni aunque te tatúes en la frente “Vete a paseo que no me gustas y no te aguanto”.
Si, aquí la que escribe no es que sea guapa ni nada, del montón, pero lo que no es del montón es ese imán de pedorros que me gasto que cuanto más pedorro y más de mal humor me pone el interfecto más que atraigo situaciones donde tengo que estar con él. Una ya tiene unos años y ha llegado a un límite que me veo en breve como La Vengadora insultando y soltando castañazos a diestro y siniestro a todo gandul que se me acerque aunque sea a preguntar la hora. He dicho.
Resulta que la novedad es que del agobio que tengo con un pedorro con MAYUSCULAS es decir un PEDORRO ya no hago ni descanso en el trabajo pues el tipo se dedica a fastidiármelo. Ya no sé a qué hora hacer el dichoso descanso pues el individuo se acaba enterando. Me debe de haber enchufado un localizador bajo la piel en algún momento sin que me enterase porque lo de este tío no es ni medio normal.  Lo que me flipa (ya me veo escribiendo una tesis al respecto) es que todos están cortados por el mismo patrón y hablo desde la experiencia porque en mi vida llevo un total de 12 PEDORROS inaguantables y seguro que se me queda alguno en el tintero que mi memoria ha borrado por salud. Para ser un pedorro con MAYUSCULAS es imprescindible tener un toque friki, ser feo con ganas pero sentirse muy guapo, ir de rompecorazones, ser muy inapropiado véase como ejemplo el mirar fijamente a su presa sin descanso con cara de “que guapo soy eh nena que me gustas y sé que te gusto”, seguir a su presa hasta lugares muy inapropiados como el baño de señoras, hablar de cosas aburridas, enfadarse si viene gente cunado está con su presa y no pillar ni una de las indirectas que acaban siendo directas que lanza su presa desesperadamente. Y con indirectas directas me refiero a decirle claramente “no te guanto déjame en paz y no me vuelvas a hablar nunca más!” Sé que suena cruel pero lo cruel es el acoso al que someten estos PEDORROS a sus presas sin tregua ni descanso. Lo que yo me pregunto es si tienen sólo una presa o varias a la vez porque lo que es increíble es la cantidad de energía que tienen para dar por saco tanto y sin descanso. 
F.

miércoles, 11 de abril de 2012

Lluvia y apagón…

Llevamos un mes “mojado” de verdad y la bendita lluvia que calma nuestros ríos y embalses, también da razón al dicho “abril, aguas mil”.
El viernes pasado me llevé trabajo para casa. Mientras se hacía la cena, en eso estaba, en medio de un buen atracón de datos, ficheros y búsquedas por Internet, cuando de repente se fue la luz…
Los improperios espontáneos son no reproducibles, teniendo en cuenta que el teléfono lo tenía cargando, el portátil sin batería impidió que pudiera grabar mis archivos y la cena a medio cocinar también fue víctima del corte eléctrico.

Después de la rabieta inicial, pensé que sería un apagón momentáneo y que pronto la compañía eléctrica nos devolvería la luz y la “vida”… Estaba equivocado.
Enseguida se me vino a la cabeza la caída del servidor de BackBerry de hace unos meses y la clarividencia de que estamos, nos guste aceptarlo o no, demasiado “enganchados” a la tecnología.

Ahí estaba yo, a oscuras, sin tele, sin internet, sin teléfono, sin comer y sin nada de nada! Me concentré en el problema intentando dar con una solución mágica. Nada. Hasta llegué a desear que mi equipo mini componente se convirtiera en una Spica (a pilas) para escuchar el “sobreviviré” de Mónica Naranjo o sentirme acompañado con Los Rodríguez o el Concierto de Aranjuez.
Qué podía hacer entonces, aparte de encontrar y poner velas, claro…

Hay sugerencias para todos los gustos. Así, desde los más previsores, que proponen tener a mano un Sistema de Alimentación Ininterrumpida con batería de larga duración… ideal para los amantes a las redes sociales y usuarios dependientes de este mundo super-conectado. Me resisto.
Una buena sesión de yoga. Descartado, según experiencias traumáticas recientes.
Así, hasta dar con unas opciones “finalistas” que creo interesante analizar y tener en cuenta para el futuro…
Un buen “revolcón” (si tienes con quién), improvisar una cena a la luz de las velas, retomar la lectura de ese libro que está a medias y, por último, tomarme un rato en silencio, concentrándome en el aquí y ahora, un momento sólo para mi…

Pienso en la idea, tan extraña hoy en día, de que necesitamos poco para ser felices…

M.