domingo, 19 de febrero de 2012

Ay madre lo que hace la necesidad

Ay madre lo que hace la necesidad. El caso que es tenía que ir al ciber cuanto antes. Resulta que estoy en una casa nueva donde no tengo conexión a Internet, ya sé, muerte en vida… pero ¡qué le vamos a hacer! El asunto es que TENÍA que ir pues estaba a la espera de uno de esos mails jugosos que esperas con ansia y me metí en la primera cafetería que tenía pegatinas de “zona wifi”. ¡Dios nos coja confesaos! Entro y lo primero que me encuentro son dos adonis ochenteros que me echan una mirada arrebatadora y me dicen un “Hola guapaaa” que me quedo helada. Como quien no acaba de ser acosada por Antonio y Manolo llego a la barra y le pido al camarero un descafeinado de máquina y me suelta “pero mamasita linda, ¿pol qué tol mundo me pide de máquina? ¿Que caraho le pasa al desobre?” Y yo le digo que porque me gusta más mientras me preparo mentalmente para palique cubano ya-tu-sabeh mientras pienso que va a ser imposible leer mi mail tranquilamente. Le pido entonces lo que me parece que más me va a librar de ligoteos pues no es lo mismo pedirse una manzanilla que un “sex on the rocks”. En fin, me busco la mesa más apartada, lejos de adonis y cubanos peligrosos y cuando ya estoy acomodada me empiezo a sentir incómoda pues un par de ojos no se me quitan de encima… ¿quién? Pues ni más ni menos que un chico de estos que les da por mirar a las chicas lozanas sin ningún reparo acompañado de otro octogenario concentrado en su sudoku que ni se entera de lo inapropiado del muchacho para decirle que deje de mirar. Llega mi bebida de vieja con cubano “incolporaoo” que me mira con cara de guapo y me dice “mamita lida, la conexión eh grahti ya tu sabeh, buhcah la que se llama como ehte bal y la contraseña es  (y es ahí donde pensé que me iba a decir “ la contraseña es mi-amol”) pero no, me dijo una normalita aunque ya se sabe que saliendo de boca de un cubano ¡todo tiene un par de rombos de más! En fin, que mi mail era jugoso pero no tanto y encima el portátil no tenía casi batería (señal del universo para que me “malchara coriendo ya tu sabeh” so peligro de empache profundo tras el entrante del ligón octogenario, el principal de cubano calentico y de postre los ojotes penetrantes). Miserable adicción cibernáutica que nos hace perder la capacidad analítica y concentrarnos nada más en las pegatinas de “zona wifi” sin ver dónde nos metemos… porque cuando salí, ya sin el mono, he de confesar que en otra situación ¡nunca hubiera entrado a semejante lugar!
F.

No hay comentarios:

Publicar un comentario