Ay que ver lo bien organizado que está el mundo para haberlo
hecho en 6 días y encima que te sobre uno para descansar, ¡ole por Dios! No me
digáis que no, tenemos días, noches, agua, sol…vamos que hay de todo aunque la
verdad yo diría que hubiera estado bien haber creado un mando incorporado que
trajéramos todos de serie al nacer. Cuando nacemos nos ponen estas
pulseritas de plástico para que no nos vayan a llevar con la madre que no es y
nos líen la vida ya casi sin haberla comenzado. Pues yo digo que sería muy
buena idea que al nacer, trajésemos un mando a distancia para un par de cosas.
A ver, a la hora del milagro de la vida, cuando en la panza de la madre se está
formando un ser humano, lo que yo te digo, este Dios que bien organizado que lo
tiene todo, pues podía formarse ahí dentro también un mando a distancia que
saliera junto contigo y te lo colgasen de la pulserita esa ya al nacer. Me
refiero a un mando de estos pequeñitos, como los de las puertas de los garajes,
con dos simples botones, uno de “Silencio” y otro de “Temperatura”. No
me digáis que no molaría poder ponerle el silencio al mundo de vez en cuando.
Sin ir más lejos yo ayer hubiera dado todo el arsenal de galletas que tengo en la oficina
con tal de poder conseguir quitarle el sonido a la chica que se sienta a mi
lado que desde la 8 de la mañana hasta las 5 que ella se va no se calló ni un
minuto, en-se-rio. ¿Cómo se puede hablar sin parar durante 9 horas? Ni idea. ¿Y
de qué? No me preguntes, que si encima de escucharla tengo que atender a lo que
cuenta apaga y vámonos. O esos conductores majos donde los haya que al medio
segundo de que el semáforo se pone en verde ya te están pitando, ¿no molaría
ponerles en modo silencio? O ese vendedor de mercadillo que grita sin parar de
tal manera que no te puedes concentrar en qué quieres comprar por el aturde que
te mete su “Aaaay señoooora que lo tengo baraaaaaato, baraaaaaato lo
teeeeeengo”. En mil y una ocasiones sería útil el botón de “Silencio”. ¿Y el de
“Temperatura”? No me digáis que no estaría de perlas en mitad del verano de
Madrid sacarte el mando y ponerte 20 graditos estupendos para ir por ahí. O ese
día de playa que tanto deseas tener en Asturias pero que los 17 grados más el
viento del Norte no te permiten ponerte en bañador, entonces vas tú y te sacas
tu mando, te enchufas los 27 graditos que necesitas para ponerte toda fresca,
te das un chapuzón en el Mar Cantábrico y ¡tan pichi! Lo dicho, que el milagro
del Mundo y la Vida es impresionante pero lo que sí sería impresionante sería
tener ESE mando, ¿O no?
F.
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