domingo, 30 de octubre de 2011

Una foto de belleza indescriptible

No hay caso, no aprendo…
La buena de Franccesca, venga a invitarme  a sus emocionantes excursiones por el supermercado en busca de legumbres frescas y yo nada, erre que erre y dejándome embaucar por la avalancha de información de los distintos medios de comunicación.

Nuestro querido guardaespaldas universal nos ha librado de un nuevo Lucifer. Independientemente de las pruebas sobre el supuesto magnicida y dictador, una cosa está clara, un país resultó destruido a base de acumular bombas, información “inteligente” y armamento teledirigido de última generación.
Un nuevo pastel para repartir en forma de contratos para reconstruir lo derruido. También habrá que reponer armamento y munición, por supuesto. 
En otro orden de noticias tenemos… 
Cifras mil millonarias para salvar a los bancos y vaivenes de las dichosas bolsas de valores ante tanta indecisión e ineptitud para salir de este embrollo majestuoso. Indemnizaciones escandalosas de altos directivos de entidades bancarias, que piden ayuda para saldar sus cuentas con el dinero de la hucha de todos. Reunión tras reunión de los mandamases de la UE para saber si hay forma de salvar al euro…

Entre la manipulación mediática y tanto “chorizo” de guante blanco, por fin leo… 
Rescatan a un bebé de 14 días vivo, después de 46 horas, entre los escombros del terremoto de Turquía. La imagen que acompaña a la noticia renueva mi ánimo. Una foto de belleza indescriptible.
Instantánea del esfuerzo y compromiso del equipo sanitario que salvó a la pequeña Azra. Lo improbable se transformó en realidad. Una prueba de que, el buen hacer de muchas personas, puede cambiar la vida de una niña, de muchos niños. Homenaje a la vida y esperanza de luz entre tanta locura.

Ya está amiga Franccesca, ahora si estoy decidido a aceptar tus invitaciones. Te acompañaré al fabuloso mundo del super, te llevo el carrito para que no te incomode y si hace falta, te aparto los jamones colgados, para que le pongas un rostro a esa voz en “on” que se escucha detrás de los embutidos.

M.

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