lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Qué más se puede pedir?

¿Qué más se puede pedir? Empiezas la mañana ya cansada, y eso que son las ocho pero esa noche maravillosa que pasaste soñando con tus peores enemigos todos juntos te ha dejado muerta para empezar el día… En fin, vas al baño a arreglarte, ducha y demás pero cuando agarras la radio pequeña a ver si la música te anima un poco se te escurre en el lavabo quedando bien mojadita … menos mal que era de pilas que si no acabas con peinado a lo afro tras electrocutarte un ratito. Vale, no hay música, pues nada, a peinarse y es entonces cuando descubres que por la noche han debido de hacer un nido en tus rizos una pandilla de pájaros muy hacendosos y no hay forma de disimular el enmarañado de nudos a menos que te plantes un moño de camuflaje pues no hay tiempo de lavada y secada de pelo decente. Ok, no pasa nada…
Cocina, mueres por un café y….no queda café hecho, maravillas del compartir piso…vale, tratas de ser positiva y piensas mejor, así estará recién hecho y es en ese momento cuando la parte del filtro del café que vas a lavar para poner el café molido se desarma en unas 4 piezas saltando resorte, tapa y demás que ves que va a ser imposible hacerte un  café para desayunar… no importa haré té con leche… vas a la nevera y no hay leche… a la alacena y nada, NO HAY LECHE te dice el universo, ¿no te enteras?  Vaaaale… pues no desayuno…
Miedo te da agarrar el coche so pena de accidente grave o pinchada de rueda y vas al ascensor para ir al garaje. Clic en botón de ascensor y ascensor que no viene. Clic otra vez y nada. Bajas andando a ver si en otra planta funciona y así llegas a la entrada del edificio y entonces ves un letrero que dice “Ascensor en revisión”. Perfecto, bueno, pues a hacer más ejercicio. Vas andando rodeando toooodo el edificio hasta la parte de atrás para entrar al garaje y por fin llegas. Me encanta hacer ejercicio cuando llevo tacones. Subes al coche, haces maniobra y cuando estás en frente de la puerta eléctrica le das al mando y no pasa nada… otra vez… nada…. te aseguras de que el mando funciona pues se ve la lucecita roja cuando aprietas… será la puerta… te bajas, buscas el interruptor de la puerta y descubres que no hay. Ok, vuelves a hacer maniobra, aparcas el coche en tu plaza e inspeccionas la puerta con calma como hay que hacer cuando estás a punto de explotar. No hay tu tía, no hay botón, hay cerradurita de llave diminuta en el brazo que sirve para abrir el portón… llavecita que sabes que no tienes así que no sabes cómo hacer para abrir la maldita puerta y ya llegas tarde. Oyes algo, la luz se apaga, cómo no, y ves que viene un vecino que al ver mi cara de pocos amigos entiende que la puerta no va y me dice que lleva LA llave: ¡gracias Universo! Abre la puerta, me meto al coche, maniobra lenta, sale vecino, salgo yo, enfilo calle y ¡atasco! Pero ¿qué pasa?? Aaaahhh elecciones es lo que pasa. Que resulta que ahora para que la gente esté contenta y te vote basta con volver a pintar los pasos de cebra en pleno día para montar atasco y que todos se enteren de lo buen alcalde que eres. Obrero que viene y me dice “calle cortada”. ¿¿Y ahora??  Pues rodeas todo el pueblo, te vas por la salida contraria a la dirección que quieres tomar y a los 10 kilómetros ya puedes tirar para la dirección que quieres. Va-le. Pondré la radio, a ver si algo de música me relaja y ¿¿qué escuchas?? La canción que le encanta al hijop*** de tu ex: el día promete, ¿a que sí?
F.

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