domingo, 9 de octubre de 2011

Nuestra querida tierra en déficit ecológico…

El mes pasado falleció Wangari Maathai, ganadora del premio Nobel de la Paz en 2004, por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz.
Este domingo se celebra una jornada sin coches en Milán con la intención de despejar los cielos de contaminación. Los vecinos de Madrid comentan que cada día se respira peor en su ciudad.
Como corolario, a finales del mes pasado una noticia hablaba de que la tierra entraba en “déficit ecológico”, entendiendo como tal la diferencia entre los recursos naturales que se generan y se destruyen anualmente. Algo así como que todo lo que consumamos de aquí a final de año es a cuenta de recursos que el planeta no puede producir y de contaminantes que el suelo no es capaz de absorber.

Hace un buen rato que muchos pensantes (no precisamente ecologistas), reconocen que vivimos por encima de las posibilidades ecológicas de la tierra, y que el sistema de vida que nos vendieron economistas y políticos, basado en un crecimiento infinito del consumo en un planeta finito, ya no hay quien lo sostenga.

Unos contaminan más que otros, estamos de acuerdo, pero la población mundial necesitaría 5 planetas para vivir al ritmo de consumo de un ciudadano de los EEUU.
El modelo de crecimiento perpetuo nos está llevando a la ruina.
¿Qué se puede hacer? Veamos algunas ideas…

Solución 1 – Que aparecieran miles o mejor millones de activistas como Maathai (sin necesidad de llegar al merecimiento del premio de la academia sueca), que lucharan a una por el desarrollo sostenible y la protección medioambiental.

Solución 2 – Convencer con argumentos irrechazables a todos los consumidores de los EEUU y demás países del llamado primer mundo, a que pasasen (mejor hoy que mañana), a un ritmo de vida similar a la de un ciudadano indio (no habría necesidad de conversión al Hinduismo ni  nada por el estilo).

Solución 3 – Que por fin, alguna de las expediciones espaciales encuentre un “nuevo mundo”, habitable y rebosante de recursos. Se me antoja que estamos contra reloj para esta solución, porque supongo que la crisis galopante también afectará los programas de la NASA y similares.

Se admiten nuevas ideas, mientras tanto y como dice un amigo mío, que Dios nos pille confesados…

M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario