lunes, 13 de junio de 2011

La tía buena de la portada


Llego a la peluquería con antelación a mi hora reservada y según la sala de espera, todavía quedan 2 cortes antes de mi turno.
Me acerco al revistero para matar el tiempo… Fitness ó Interviú. Portada de chico musculoso ó tía buenorra con poca ropa… No lo dudo, así que cojo la revista con el posado sugerente de la famosa de turno, al tiempo que tengo la sensación de que todas las miradas están pendientes de mi elección.
Confieso que a pesar de estar en la sección hombres de la peluquería unisex, siento incomodidad al mirar una revista de estas características bajo la mirada de 2 señores junto a mí, el chico al que le cortan el pelo que de vez en cuando también mira a través del espejo y, cómo no, del peluquero que no pierde detalle mientras corta el pelo con una habilidad de manos que siempre admiré.
Me pregunto ¿porqué no podrán forrar las revistas como hacían antiguamente en los quioscos? ¿por qué siento las miradas que hacen su juicio particular si me detengo a contemplar las bondades de los cuerpos que se muestran tan sugerentes?...
Paso las hojas con seguridad  y naturalidad, vamos, como si todos los días me desayunase con este tipo de publicación. Busco el final de la revista donde escribe un columnista que me gusta.
Una chica de la sección de mujeres barre el piso cuando pasan al cliente al “tren de lavado”. Me mira a través del espejo y nos cruzamos la mirada. Noto que pone atención en la revista que estoy leyendo… ¿me estará juzgando? Es guapa. Después de unos instantes baja la vista y sigue con su tarea. Bajo yo también la mirada e intento concentrarme en el artículo.
En la radio pasan Maná. “El frío de mi cuerpo pregunta por ti…” Abstraído en la lectura no pude evitar tararear el estribillo. Cuando me di cuenta ya era demasiado tarde. Mi chorro de voz ya había soltado las notas, agudos incluidos… No lo puedo creer. Qué vergüenza!!
Termino de leer el artículo con dificultad y con la mirada clavada en la revista. No me animo a levantar la vista cuando escucho.
- Mario, es tu turno.
Cierro la revista presuroso al tiempo que digo:
- Qué bien escribe este Millás.
- Qué dices Mario me contesta el peluquero con cara de no entender nada.
- Que qué buena está la chica de portada, le contesté…

M.

4 comentarios:

  1. Efectivamente, hay que hablar en el idioma de la gente, que si no te toman por loco. Tú has cogido la revista sólo por las tías buenas y punto, hazme caso ;)

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  2. hola!

    me encantó este blog a dos voces

    abrazo triple

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  3. Key, tú sí que me entiendes...

    Un saludo,

    M.

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  4. JOAQUIN DOLDAN, encantados de que te guste!!

    Un saludo,

    F&M

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