lunes, 30 de mayo de 2011

Despierta niñaaaaa!!!!

Llevaba toda la semana angustiada con su cita para sacarse sangre, aunque sus simpatiquísimas anécdotas desdramatizaban la situación y las risas compartidas hicieron llevaderas muchas mañanas.  Ayer note a Franccesca muy nerviosa cuando nos despedimos.
Anoche, ya enfundado en mi pijama y mientras me lavaba los dientes, se me vino a la cabeza la imagen de mi amiga, toda sudorosa y temblando como vara verde, mientras esperaba turno para la extracción.
No pude evitar cerrar los ojos con esa imagen en la cabeza y soñar con ella…

Yo estaba en el Hospital y era algo así como un espectador privilegiado que asistía inmóvil a la escena que se producía, pasados 35 minutos de la extracción de sangre…

“Hola, holaaa, señorita Franccesca, despierte, ya terminamos, despierte…
Mirar por favor la carita de felicidad que tiene… y no para de hacer muecas y tirar besos…
Señorita, venga, despierte… ¿qué haces?!! No me toques, las manos quietas chica, para niña de ponerme morritos y tirarme besos, pero ¿qué estás soñando mujer? No, NOOO, que las manos quietas, no me toques las tetas… chicaaaa… aquí van a pensar que te inyecté una sustancia alucinógena en lugar de sacarte sangre…
Despierta, VAMOS, para ya chica, qué no me toques el culo!! Descarada, despierta, ¿pero qué estás soñando niña? Qué yo no soy ese guaperas que nombras desde hace un rato, niñaa!! QUIETA!! Que yo soy la enfermera gorda y rubia, sí, esa que describes con todo lujo de detalles en el feisbu ese que tienes…
Despierta niña!! Quieta, QUITA, para!!! 
AYUDA!!! Las palas!!!”

Hoy, cuando vi a Francesca me acerqué presuroso para hablar con ella…
-¿Cómo estás? ¿Cómo te fue?, le dije.
-Bien, pero  ¿porqué te ríes?, contestó ella.
Nada, dije yo, fue solo un sueño…

Mario

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