martes, 6 de noviembre de 2012

Querida Franccesca:


Mi amiga del alma, espero que estés recuperada de tu catarro y sobre todo de tu herida en la nalga… me cuesta imaginarte subida a los tacones y con tu andar sugerente si tienes una cacha magullada.

 

A esta hora en los EEUU ya se abrieron los colegios electorales… Costó mucho mantenerse al margen de la lucha entre republicanos y demócratas. Los medios de comunicación llevan semanas retransmitiendo los mítines y todos los detalles de los candidatos de la principal potencia económica mundial. Supongo que el resultado de las urnas influirá en el valor de las divisas y en el “Monopoly” mundial que juegan los “titiriteros” de todo este tinglado.
Mi ignorancia no me deja ver una salida a nuestros problemas mundanos en el resultado de estas elecciones, por eso no hago caso a este bombardeo publicitario y mediático que nos viene de la otra orilla del océano.

Franccesca, por supuesto que acepto tu invitación para desayunar.
Cómo cambiaron los tiempos o nosotros ¿no? Antes quedábamos para cenar y emborracharnos juntos, será la pereza que viene con los años o el precio de los “gin-tonics”, qué se yo…

 

Cuenta con “besos” para desayunar además de ¿churros y chocolate? …
Dudo si será una buena idea, porque después te pones pesada con la báscula y tu figura, y da igual que te diga que estás muy buena y que puedes hacer un exceso de vez en cuando, tu nada, erre que erre…

A las nueve en punto me presento en tu portal y te timbro…

Necesito hablar de nuestras cosas, independientemente de quien sea el nuevo ocupante de la Casa Blanca.

Hasta mañana amiga.


M.

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